La fábrica
Una bola de fuego avergonzaba las valientes nubes que resistían abandonar su sitio. Era final de verano y Paula, una joven estudiante, anhelaba encontrarse con sus amigos en la nueva escuela.
La profesora, en la entrada, envolvía a cada niño en una dulce manta. El día pasó rápido, como el aleteo de los pájaros que sobrevolaban sus cabezas. Jugaron, experimentaron con la naturaleza... Esto no era más que el aperitivo de lo que les esperaba, comento la profesora. Antes de marchar puso una tarea, inventar un nombre para su escuela. Paula lo tenía claro; “La fábrica de los deseos”.
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