Buenas tardes,
Hoy tocaba sesión de cuentacuentos con mis antiguos alumnos
de 3º de primaria. El ambiente de la sala fue excepcional ya que los alumnos
acudieron con ganas. Con ganas de devorar las palabras que volaban por el aire
y creaban cuentos. En todo momento estuvieron metidos en la contada y
participaron de los cuentos que ya conocían.

El día de hoy me demostró que los cuentos no tienen edades. Quizá, fuera esas ganas por desconectar de su rutina diaria, o quizá, ese encuentro con su antiguo profesor. Fuera como fuere, los allí presentes pudimos disfrutar de una mini sesión de tres cuentos. Empezamos con el cuento “Debajo de la cama”, seguido de “El conejito blanco. Y como colofón, “La sopa quema”, ese cuento que tantas veces pudieron escuchar el año pasado.

Lo que quedó claro hoy, es que todos necesitamos escuchar cuentos; dejar volar libremente nuestra imaginación y porque no, regresar a la dulzura de nuestra infancia e inocencia.
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