“UNA CASA SIN LIBROS ES UNA CASA SIN DIGNIDAD”. Edmondo de Amicis

viernes, 27 de abril de 2012

EL PUENTE DE LOS DESEOS






Iris era una tigresa pequeña que vivía en las profundidades de la selva con sus padres y su hermano,Orus.
Orus era el mayor, y era un tigre muy valiente, quería ser igual de fuerte y poderoso que su padre.
Iris, la pequeña, era una tigresa muy alegre. Pero, al contrario que su hermano, era bastante miedosa. No le gustaba el lugar donde vivían porque era un sitio oscuro y bastante tenebroso. Tenía miedo a la oscuridad. Lo pasaba fatal cuando llegaba la hora de dormir porque tenía pesadillas durante toda la noche.
Todas las mañanas iba en busca de sus amigas, las mariposas. Le entusiasmaban esos insectos que eran capaces de posarse en su pequeña nariz y poder ver de cerca sus alas llenas de colores. Le encantaban los colores alegres y llamativos. Disfrutaba mucho jugando con ellas. Flis, una mariposa verde con lunares amarillos, era su mejor amiga y sabía lo mucho que le gustaban los colores a Iris.
Un día Flis le dijo:
-Iris! He descubierto un lugar donde podrás ver miles de colores, hasta en el cielo se forma un puente de colores llamativos y alegres, el puente de los deseos. Ven conmigo!
Iris se quedó pensando. Le aterrorizaba la selva, pero tenía unas ganas inmensas de ver aquel sitio tan especial. Quería alejarse de la oscuridad de la que estaba acostumbrada.
-Está bien! Voy contigo Flis!
En ese momento comenzó la gran aventura hacia aquel fantástico lugar. Lo llamaban el paraíso de los colores. Tuvieron que recorrer un largo camino. Iris estaba agotada, pero cuando parecía que no podía más, Flis gritó:
-Iris! Hemos llegado! Mira qué maravilla.
Iris abrió los ojos de par en par y se llenaron de miles de colores. Se quedó boquiabierta. Había una campa inmensa de color verde y millones de flores de todo tipo que adornaban ese verde con todos los colores habidos y por haber. Asombrada se puso a correr de un lado a otro, saltando con la gran cantidad de mariposas que había allí. Después de un rato disfrutando de aquel fantástico lugar, el azul del cielo empezó a mezclarse con las nubes grises que se aproximaban hacia ellos. En ese mismo momento se escuchó un estruendo y empezaron a caer las primeras gotas de agua, acompañadas  por los rayos del sol.
-Un trueno, la lluvia y el sol. Esa es la señal… el puente de los deseos aparecerá de un momento a otro.- dijo Flis.
Iris, sorprendida, miró hacia arriba. Empezó a ver colores en el cielo. Primero el rojo, luego naranja, después amarillo… uno tras otro formaron un puente que atravesaba la inmensa campa.
-Este es el puente de los deseos. Todo aquel que consiga pasar por debajo de él podrá pedir un deseo y se cumplirá.-dijo Flis.
Iris echó a correr. Tenía claro el deseo que iba a pedir. Estaba agotada pero ella seguía corriendo más que nunca. Por fin llegó y consiguió pasar por debajo del gran puente de colores.
-¡Deseo no tener miedo a la oscuridad y no tener pesadillas!- gritó Iris.
Con una sonrisa de oreja a oreja, se quedó mirándolo y vio como en cuestión de segundos el puente de los deseos desaparecía.
-¡Lo conseguiste Iris! Tu deseo se cumplirá. - dijo Flis muy contenta.
Iris sonrío y asintió con la cabeza muy orgullosa.
Decidieron volver a casa antes de que los padres de Iris empezasen a preocuparse. Cuando llegaron, Iris les contó todo lo que había visto con gran ilusión. Estaba agotada, así que decidió irse a dormir. Esa noche y todas las demás noches de su vida soñó con el paraíso de colores y con el gran puente de los deseos. Perdió el miedo que tenía a la oscuridad. Y decidió ponerle un nombre al puente de los deseos: EL ARCOIRIS.

Iranzu


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